Hace tan solo unos días se cumplía el 50 aniversario de la muerte de la rubia más sensual de todos los tiempos. Marilyn Monroe fallecía el 5 de agosto de 1962 dejando uno de los legados más valiosos del cine y la moda. Bellezas como Scarlett Johansson o Michelle Williams han sido comparadas con la bomba rubia pero ninguna ha podido igualar el nivel del mito erótico por excelencia.
Ya a principios de siglo, Hollywood empezaba a conocerse como cuna del star system y la moda dictaba que las mujeres más bellas debían ser rubias. Con Marilyn a la cabeza, las actrices de cabello dorado se colocaron en la cima y ahí permanecieron hasta hoy en día. Desde las clásicas Grace Kelly o Marlene Dietrich, pasando por Catherine Deneuve, Brigitte Bardot y Kim Basinger, a las más actuales como Reese Witherspoon, Charlize Theron y Diane Kruger, pocas películas y series se han hecho en las que tener el cabello rubio no sea sinónimo de sensualidad. Y, aunque las morenas han ganado terreno, sabemos desde los años 50 que, teñidas o naturales, los caballeros las prefieren rubias.
Pasado casi medio siglo desde entonces, en los años 90 la figura de la rubia explosiva se tornó en el personaje de la lolita, con una jovencísima Britney Spears liderando el grupo y abriendo camino a este nuevo estereotipo. Aunque mujeres como Pamela Anderson se situaban en las listas de las actrices más sexys del planeta, otras se ganaban al público con su dulzura y encanto. Fue este el caso de Melissa Joan Hart que, con su papel en Sabrina Cosas de Brujas, llegó a ser casi tan popular como su amiga Britney.
En la misma época Sarah Michelle Gellar se hacía famosa gracias a su personaje protagonista en Buffy cazavampiros. Con una imagen entre lolita y mujer dura, la cazadora más conocida de la televisión cautivó a más de una generación.
Pero el verdadero éxito le llegaría unos años antes a la serie más famosa de todos los tiempos y a sus protagonistas. Friends se convirtió en el show más aclamado y Jeniffer Aniston, con su interpretación de la atractiva Rachel Green, en la actriz cuyo cabello fue (y es) uno de los más imitados y envidiados.
A finales de la década, cuando el boom de Internet comenzaba a abrirse camino y la popularización de la moda era más que inminente, una estilosa Sarah Jessica Parker, de la mano de su álter ego Carrie Bradshaw, se hacía, gracias a Sex and The City, con la merecida consideración de la rubia con más clase del star system. Un rol que ahora peligra con la llegada de las nuevas generaciones, lideradas por la perfecta Blake Lively que como su personaje, Serena Van Der Woodsen en la serie Gossip Girl, es una de las it girls del momento.
También a partir de una mujer rubia que hace las delicias de todos los que la rodean se vertebran dos de los shows de más éxito del momento: True Blood y The Big Bang Theory. Sookie Stackhouse (Anna Paquin) y su estilo dulce y encantador enamoran a humanos y seres sobrenaturales en el primero, mientras que en el segundo Penny (Kaley Cuoco) descontrola a la comunidad de frikis formada por sus vecinos de enfrente.
Muy diferente es el personaje de January Jones en Mad Men. La frialdad de Betty Draper la convierte en la mujer de hielo que, con una estética parecida a la de las protagonistas de las películas de Hitchcock, acaba siendo la más odiada de la serie.
No ocurre lo mismo con las más jóvenes de la pequeña pantalla. Ashley Benson, Hanna en Pretty Little Liars, y Candice Accola, Caroline en The Vampire Diaries, presumen de un estilo fresco y juvenil que las encumbra como dos de las actrices más aclamadas entre el público teen.
Mucho más bohemio es el estilo de Jessa (Jemima Kirke), la inglesa alocada de una de las series más recientes. Girls acaba de cerrar una controvertida y polémica primera temporada cuyo éxito le ha asegurado una segunda parte que se emitirá en enero.
Pero no solo los cabellos rubios están de moda. Las morenas reclaman su sitio en la pequeña y gran pantalla y sucumben a la tendencia a través de las exitosas mechas californianas, que dan a melenas claras y oscuras un tono luminoso y un efecto dorado. Es el caso de la coprotagonista de Gossip Girl, Blair Waldorf (Leighton Meester), o de la protagonista de The Vampire Diaries, Elena Gilbert (Nina Dobrev). También las luce en la última temporada de Pretty Little Liars la deportista Emily Fields (Shay Mitchell) y la despampanante Gloria (Sofía Vergara) en Modern Family que, aunque cubre su rubio natural con tinte oscuro, suaviza el color de las puntas.
Y es que una cosa está clara, el cabello claro es tendencia y, aunque las morenas no tengan nada que envidiar, figuras como la de Marilyn Monroe siempre estarán ahí para recordarnos que el mito erótico fue, es y será una mujer rubia.